En este artículo, exploraremos cinco lecciones clave del estoicismo que nos enseñan cómo dominar nuestras emociones, según las enseñanzas de Marco Aurelio. El estoicismo es una filosofía antigua que nos invita a cultivar la tranquilidad mental y la sabiduría a través del control de nuestras emociones. Aprender a controlar nuestras emociones nos permite tomar decisiones más racionales y vivir una vida más plena y satisfactoria.
1. Retroceder para obtener una nueva perspectiva
Una de las lecciones más importantes del estoicismo es la importancia de retroceder y alejarse de nuestros prejuicios y puntos de vista personales. Al renunciar momentáneamente a nuestros deseos y reflexionar sobre el mundo y nuestras responsabilidades hacia los demás, podemos obtener una nueva perspectiva. En medio de la intensidad del momento o cuando nos enfrentamos a desafíos y cambios trascendentales, es crucial plantearnos preguntas introspectivas. Estas preguntas nos permiten adentrarnos en nuestros pensamientos y acciones, y nos ayudan a comprender la insignificancia de nuestras preocupaciones individuales en comparación con el bienestar global.
El estoicismo sostiene que todo en el mundo está interconectado, y que el mejoramiento general del mundo también beneficia nuestro bienestar personal. Por lo tanto, adoptar una perspectiva global nos libera de limitaciones innecesarias, prejuicios y dudas. Al tener una visión general del mundo, podemos tomar decisiones más informadas y vivir una vida más plena.
2. Ejercitar la dualidad del control
Según Marco Aurelio, nuestro poder reside en nuestra mente, no en los eventos externos. Por lo tanto, es fundamental distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no. El clima, los problemas de tráfico y las opiniones de los demás están fuera de nuestro control, pero podemos controlar cómo nos vestimos, a qué hora salimos y con quién nos rodeamos.
Cuando nos enfrentamos a situaciones que nos generan ciertas emociones, es importante preguntarnos qué está en nuestras manos controlar. Todo lo que podamos controlar es una razón para actuar, mientras que lo que no podamos controlar debemos aprender a aceptarlo y abrazarlo sin permitir que nos afecte.
Una parte relevante de la dualidad del control es el “amor fati”, que se traduce como el amor al destino. Al abrazar la vida y todas las circunstancias que nos trae, aprendemos a amar nuestra vida sin importar qué. Aceptar el destino implica distanciarnos de los resultados fijos y los marcadores externos de éxito. En lugar de medir nuestro éxito por factores externos como las ventas de un libro, podemos medirlo por nuestra satisfacción personal y el esfuerzo que hemos puesto en nuestro trabajo.
3. Entrenar nuestra percepción
El estoicismo nos enseña a ser conscientes de cómo juzgamos y etiquetamos todo en nuestras vidas. Estamos acostumbrados a calificar cada evento, persona o experiencia como bueno, malo, aburrido, divertido, hermoso, feo, etc. Sin embargo, esta práctica inconsciente puede ser agotadora y afectar negativamente nuestras vidas.
En lugar de juzgar todo de forma exagerada, debemos aprender a ver las cosas objetivamente tal como son. Esto implica desafiar nuestros juicios y evaluar las situaciones desde una perspectiva más optimista y razonable. Al cuestionar nuestras opiniones formadas, podemos encontrar una forma mejor o más positiva de interpretar las cosas.
Los estoicos también nos animan a ver cualquier cosa negativa como una oportunidad o fuente de bien. Por ejemplo, en lugar de etiquetar una fiesta como aburrida, podemos verla como una oportunidad para explorar un lugar nuevo y conocer a personas diferentes. Al ajustar nuestra mentalidad, descubrimos que la vida es más simple y clara de lo que pensábamos.
4. Controlar nuestras emociones
Según Marco Aurelio, no debemos permitir que nuestras emociones anulen el razonamiento de nuestra mente. Controlar nuestras emociones no significa suprimirlas, sino redirigirlas de manera saludable. Por ejemplo, cuando experimentamos enojo, en lugar de actuar impulsivamente, podemos preguntarnos qué podemos hacer con ese enojo. En lugar de gritarle a la persona que nos hirió, podemos buscar formas más útiles de expresar nuestras emociones, como hablar tranquilamente con ellos y tratar de entender su punto de vista.
Del mismo modo, cuando experimentamos ansiedad o miedo, en lugar de dejar que nos paralice, podemos utilizarlo como un desafío personal y como un impulso para tomar medidas que nos hagan sentir ansiosos. Reconocer la presencia de estas emociones y canalizarlas en una dirección positiva nos ayuda a mantener la claridad mental y a tomar decisiones inteligentes.
5. Aceptar y amar nuestro destino
Una de las enseñanzas más poderosas del estoicismo es aprender a aceptar y amar nuestro destino. Esto implica reconocer que no siempre podemos controlar lo que sucede en nuestras vidas, pero podemos controlar cómo respondemos a ello. Aceptar nuestro destino nos brinda una tranquilidad interior y nos permite vivir con mayor facilidad, sin importar las circunstancias.
En lugar de ver los desafíos como algo negativo, podemos verlos como una fuente de bien y una oportunidad para desarrollar habilidades y fortalezas. Al cambiar nuestra perspectiva y ver los obstáculos como parte del camino, nos convertimos en personas más serenas y resilientes.
Recuerda, el control de nuestras emociones es un proceso continuo y requiere práctica constante. Pero con perseverancia y dedicación, podemos lograr una mayor paz mental y una vida más plena.
¡Así que adelante, comienza tu viaje hacia el dominio de tus emociones y disfruta de una vida más serena