Los agujeros negros son objetos fascinantes que capturan la imaginación de la gente. Son sitios extremadamente interesantes para los científicos y también son muy populares en las aventuras espaciales. Sin embargo, a veces las historias que escuchamos sobre los agujeros negros pueden dar una visión poco realista de lo que realmente sabemos sobre ellos. En este artículo, vamos a deshacer algunos de los malentendidos más comunes sobre los agujeros negros y revelar 6 cosas que seguro que no sabías sobre ellos.
1. Los agujeros negros no son portales
Contrariamente a lo que se muestra en algunas representaciones, los agujeros negros no parecen una especie de portales. Si tuvieras uno delante, lo único que verías sería una esfera negra. Detectarlos es extremadamente difícil porque no se pueden distinguir en el fondo negro del espacio. Sin embargo, sabemos que existen porque a veces nos salpican mientras comen. Cuando un agujero negro es mucho más pequeño que el objeto que está engullendo, la materia en caída se arremolina violentamente para poder entrar, calentándose y emitiendo radiación que podemos detectar en la Tierra. Además, cuando dos agujeros negros intentan comerse mutuamente, emiten un patrón muy concreto de ondas gravitacionales que podemos estudiar para obtener información sobre ellos.
2. Se puede vivir orbitando un agujero negro sin ser succionado
Contrariamente a la creencia popular, es posible vivir orbitando un agujero negro sin ser succionado. A una cierta distancia, los agujeros negros son tan mansos como una estrella. De hecho, si reemplazáramos el sol por un agujero negro de la misma masa, las órbitas de los planetas serían exactamente las mismas. Aunque viviríamos en un mundo apocalíptico debido a la falta de fuentes de energía y recursos, los planetas no serían tragados por el agujero negro. Esto también se aplica al centro de nuestra galaxia, donde hay un agujero negro gigantesco y las estrellas orbitan sin mayor problema.
3. No puedes ver cómo algo se introduce en un agujero negro
Desde el punto de vista de una víctima que cae en un agujero negro, todo lo que ocurre es bastante predecible. Sin embargo, si observamos desde lejos, notamos que nunca acaba de entrar. Poco a poco, queda inmóvil y «aplastado» sobre la superficie del agujero negro. Desde nuestra perspectiva, la víctima queda congelada cerca de esa superficie para siempre. Además, debido a la intensa gravedad cerca del agujero negro, los relojes se ralentizan y la luz que nos llega de las víctimas vibra cada vez más lento, perdiendo energía hasta el punto de que ya no es detectable. La superficie en la que las víctimas se quedan se llama el Horizonte de Eventos, que es el límite de los sucesos que podemos percibir. Más allá del horizonte, solo hay oscuridad.
4. El espacio cambia dentro de un agujero negro
Mientras que en el exterior de un agujero negro uno puede mantenerse a una cierta distancia con un colega todo el tiempo que quiera, dentro esto es imposible. La dirección radial se expande en el interior, lo que significa que tú y tu colega os veríais separados porque se estaría creando espacio entremedias. Además, el camino entre tú y la salida también crece, y lo hace a una velocidad tan rápida que, incluso yendo a la mayor velocidad posible, no te daría tiempo a recorrerlo. Por eso, no puedes escapar del interior de un agujero negro. Dentro, no solo la dirección radial cambia, sino que la dirección transversal colapsa, lo que resulta en que una persona dentro de un agujero negro acabe siendo estirada en una dirección y comprimida en la otra, lo que se conoce como «espaguetificación». El espacio actúa sobre ti como un potro de tortura.
5. La singularidad no es un punto supercaliente que te absorbe sin remedio
Contrariamente a lo que se suele creer, la singularidad en un agujero negro no es un punto supercaliente que te absorbe sin remedio. En realidad, es más bien un momento en el tiempo en el que todo el volumen interno del agujero ha colapsado completamente sobre ti. Si intentas ir rápidamente al centro del agujero negro, donde esperarías encontrar la singularidad, el espacio «se te cae encima» antes de que puedas llegar, incluso si viajas cerca de la velocidad de la luz.
6. Los agujeros de gusano podrían existir, pero no serían tan geniales como nos los pintan
La idea de los agujeros de gusano, que son conexiones entre dos agujeros negros a través del mismo espacio interno, es fascinante. Se podría pensar que dos viajeros podrían entrar por una boca y salir por la otra, pero en realidad esto es imposible. La otra salida se aleja más rápido de lo que uno puede hacer para alcanzarla. Sin embargo, los físicos han encontrado tipos de agujeros de gusano que no colapsan mientras están vacíos. El problema es que son extremadamente frágiles y cualquier cosa que entre perturbaría el espacio y convertiría el agujero en un callejón sin salida. Aunque los agujeros de gusano podrían permitir que dos viajeros se encuentren y conversen, lo que ocurra dentro de ellos no podría salir. Actualmente, los físicos están especulando con nuevas sorpresas de este tipo cuando introducen la mecánica cuántica en el juego.
En conclusión, los agujeros negros son objetos fascinantes que aún tienen muchos misterios por descubrir. Aunque a veces las representaciones populares pueden dar una visión poco realista de ellos, es importante comprender los hechos científicos detrás de estos fenómenos. Los agujeros negros no son portales, se puede vivir orbitando uno sin ser succionado, no se puede ver cómo algo se introduce en ellos, el espacio cambia dentro de un agujero negro, la singularidad no es un punto supercaliente y los agujeros de gusano podrían existir pero no serían tan geniales como se piensa. A medida que los científicos continúan investigando y explorando estos objetos cósmicos, seguramente descubriremos más sorpresas y revelaciones sobre los agujeros negros.