En nuestra vida diaria, es común que nos preocupemos demasiado por lo que los demás piensen de nosotros, que dudemos sobre qué decisiones tomar y que nos atormentemos con pensamientos negativos. Esto se debe a que tendemos a sobreanalizar las situaciones y confundimos nuestros pensamientos con la realidad. Estamos constantemente enfocados en el pasado y en el futuro, lo que nos impide vivir plenamente el presente y nos sumerge en un mar de dudas y preguntas.
DESINTOXICAR TU MENTE
Es importante reconocer que esta tendencia a sobreanalizar y preocuparse excesivamente es normal en la sociedad actual, debido a la cantidad de estímulos e información que recibimos constantemente. Nuestros abuelos, por ejemplo, recibían mucho menos impacto en sus mentes que nosotros. Esta sobrecarga de información nos lleva a vivir más en nuestra mente, en un estado de supervivencia y conflicto, y nos aleja de la pregunta más relevante: ¿quién somos realmente?
En este artículo, compartiré contigo nueve técnicas y hábitos propuestos por maestros orientales y estoicos, así como experimentos que he realizado en mi propia vida, para ayudarte a superar el sobre análisis y encontrar paz mental.
- Agradece las situaciones que te irritan: En lugar de resistir y preocuparte por las situaciones que te molestan, agradece a las personas y circunstancias que te irritan. Estas situaciones te brindan la oportunidad de conocerte mejor y te permiten crecer como persona. Como dijo Marco Aurelio, «me he apeado de todos aquellos que no han sufrido infortunios, ya que no han tenido la posibilidad de probarse a sí mismos».
- Presta atención a ti mismo y a tu entorno: Dedica tiempo cada día para observar lo que está sucediendo dentro de ti y a tu alrededor. Observa cómo tu cuerpo reacciona a diferentes estímulos y cómo los objetos y situaciones impactan tu mente. Esto te ayudará a discernir qué te brinda paz mental y qué te genera ansiedad.
- Sal de tu zona de confort: Efectúa actividades que salgan de lo común y desafíen tus creencias y miedos. Esto te ayudará a liberarte de los patrones mentales limitantes y a expandir tu mente. Puedes probar cosas como visitar una playa nudista o decirle a alguien en la calle lo guapa que es. Estas acciones aparentemente insignificantes pueden liberarte de creencias arraigadas y limpiar tu mente.
- Redirige tus pensamientos: Aunque no podemos controlar nuestros pensamientos, sí podemos redirigirlos hacia algo más positivo y constructivo. Como dijo Viktor Frankl, «el sufrimiento cesa cuando tiene sentido». Enfócate en algo que deseas lograr y verás cómo tu mente se enfoca en encontrar soluciones para alcanzar ese objetivo. La focalización de los pensamientos te ayudará a evitar la hiperestimulación mental causada por la cantidad de información a la que estamos expuestos en la actualidad.
- Elimina los estímulos: En un mundo lleno de redes sociales, teléfonos móviles y publicidad, es importante tomar un descanso de los estímulos externos. Dedica al menos un rato al día, un día a la semana o incluso varios días al mes para desconectar de la tecnología y eliminar los estímulos que te anclan a la realidad virtual. Esto te permitirá encontrar paz mental y detener la noria de pensamientos que constantemente giran en tu mente.
- Cuida tu cuerpo: Existe una conexión entre el intestino y el cerebro, y lo que comemos influye en nuestra forma de pensar y sentir. Si bien cada persona es diferente, es fundamental poner en práctica hábitos alimenticios saludables, como evitar la comida chatarra, reducir el consumo de azúcar y trigo, y aumentar el consumo de frutas y verduras. Si algo está científicamente comprobado que es beneficioso para nuestro cuerpo, es crucial implementarlo en nuestra vida diaria.
- Afronta tus pensamientos: En lugar de evitar o resistir los pensamientos que te generan malestar, es importante enfrentarlos y buscar soluciones. Pregúntate si hay algo que puedas hacer en esa situación y si realmente vale la pena preocuparte por eso. Como dijo San Francisco de Asís, «Dios mío, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, coraje para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para discernir entre ambas». Aprende a identificar las cosas que están fuera de tu control y no pierdas energía ni tiempo preocupándote por ellas.
- Hazte preguntas: Una forma efectiva de encontrar paz mental es cuestionarte a ti mismo y reflexionar sobre tus preocupaciones. Pregúntate si hay algo que puedas hacer en esa situación y si realmente vale la pena preocuparte por ello. A veces, simplemente dedicar más energía y preocupación a un asunto no lo solucionará. Aprende a discernir qué situaciones merecen tu atención y cuáles no.
- Ríndete a la vida: Muchas veces, nuestros pensamientos negativos y preocupaciones surgen porque nos resistimos a vivir ciertas experiencias. Acepta lo que la vida te presenta y ríndete a ello, incluso si es doloroso. Aprende a abrirte y aceptar las situaciones tal y como son, sin resistencia ni lucha. Recuerda que las cosas no son ni buenas ni malas, simplemente son. Acepta, integra y deja ir.
Y si realmente no puedes hacer nada al respecto, acepta la situación tal como es y deja de preocuparte por lo que no puedes controlar. Como dijo Epicteto, “no te preocupes por lo que está fuera de tu poder”. Recuerda que la mayoría de las cosas que nos preocupan son imaginarias y no reales. La realidad es lo que está sucediendo aquí y ahora, y tú eres el único responsable de cómo interpretas y respondes a ella.