Debes Aprender sobre PLANIFICACIÓN FINANCIERA PERSONAL

La planificación financiera personal es una herramienta poderosa que te permite tomar el control de tus finanzas y alcanzar tus metas económicas. En este artículo, te enseñaré cómo hacer una planificación financiera personal de forma fácil y efectiva. Aprenderás los pasos clave para crear un plan financiero sólido y cómo utilizar herramientas y aplicaciones que te ayudarán en el proceso.

Paso 1: Evaluar tu situación financiera actual

El primer paso para hacer una planificación financiera personal es evaluar tu situación financiera actual. Esto implica analizar tus ingresos, gastos, deudas y activos. Puedes comenzar haciendo una lista de tus ingresos mensuales y tus gastos mensuales. Asegúrate de incluir todos los gastos, tanto los necesarios como los opcionales.

Una vez que tengas una imagen clara de tu situación financiera actual, podrás identificar áreas en las que puedes mejorar y establecer metas realistas para tu plan financiero.

Paso 2: Establecer un presupuesto

El segundo paso es establecer un presupuesto. Un presupuesto te ayudará a controlar tus gastos y asegurarte de que estás viviendo dentro de tus posibilidades. Para crear un presupuesto, debes restar tus gastos mensuales de tus ingresos mensuales. Si tus gastos son mayores que tus ingresos, deberás encontrar formas de reducir tus gastos o aumentar tus ingresos.

Una vez que hayas establecido un presupuesto, es importante seguirlo de cerca y hacer ajustes según sea necesario. Puedes utilizar herramientas y aplicaciones como FinTonic para hacer un seguimiento de tus gastos y recibir alertas cuando te acerques a tu límite presupuestario.

Paso 3: Establecer objetivos financieros

El tercer paso para hacer una planificación financiera personal es establecer objetivos financieros. Los objetivos financieros son metas que quieres lograr con tu dinero en un determinado plazo. Pueden ser variados y dependen de tus circunstancias personales y preferencias.

Para establecer objetivos financieros, debes seguir el criterio SMART:

  • Específicos: define claramente qué quieres lograr y cómo lo medirás.
  • Realistas: ten en cuenta tu situación actual y tus posibilidades reales de lograrlos.
  • Alcanzables: establece acciones concretas que te lleven a lograrlos.
  • Relevantes: considera el valor o beneficio que te aportan y si están alineados con tus valores y principios.
  • Temporales: establece un plazo para lograrlos y revísalos periódicamente.

Por ejemplo , en lugar de decir «Quiero comprar una mansión», un objetivo financiero más realista sería «Quiero comprar un piso». Es importante establecer acciones concretas que te acerquen a tus objetivos, como destinar un porcentaje de tus ingresos mensuales a cada objetivo.

En mi caso, tengo tres objetivos financieros a corto, medio y largo plazo. Mi objetivo a corto plazo es ahorrar 2000 euros en seis meses para hacer un curso online de finanzas personales que me interesa mucho. Mi objetivo a medio plazo es ahorrar 20.000 euros en cuatro años para dar la entrada del piso de mis sueños. Y mi objetivo a largo plazo es ahorrar 200.000 euros en 20 años para jubilarme con tranquilidad y poder viajar por el mundo.

Para lograr estos objetivos, he establecido las siguientes acciones:

  • Destinar el 10% de mis ingresos mensuales a mi objetivo a corto plazo.
  • Destinar el 20% de mis ingresos mensuales a mi objetivo a medio plazo.
  • Destinar el 10% de mis ingresos mensuales a mi objetivo a largo plazo e invertirlos en un fondo indexado que replica el índice S&P 500.

Además, cada tres meses reviso mis objetivos y los ajusto si es necesario. Estos objetivos son relevantes para mí porque me permiten mejorar mi formación, mi vivienda y mi calidad de vida. También están alineados con mis valores, ya que me gusta aprender, viajar y ser independiente.

Paso 4: Definir una estrategia financiera

El cuarto paso consiste en definir una estrategia financiera que te permita alcanzar tus objetivos financieros. La estrategia financiera es el conjunto de decisiones que tomas con tu dinero para optimizarlo y rentabilizarlo. Debes tener en cuenta tres factores fundamentales: el plazo, el riesgo y la rentabilidad.

El plazo se refiere al tiempo que tienes para lograr tus objetivos financieros. Puede ser corto plazo (menos de un año), medio plazo (entre 1 y 5 años) o largo plazo (más de 5 años). Según el plazo que elijas, tendrás que optar por diferentes productos financieros. Por ejemplo, si tu objetivo es ahorrar para un viaje en seis meses, puedes usar una cuenta de ahorro o un depósito a plazo fijo. Si tu objetivo es jubilarte con tranquilidad en 20 años, puedes usar un plan de pensiones o un fondo de inversión.

El riesgo se refiere a la probabilidad de perder dinero o de obtener una rentabilidad menor a la esperada. Depende de tu perfil como inversor, que puede ser conservador, moderado o arriesgado. Según tu perfil de riesgo, tendrás que optar por diferentes productos financieros. Por ejemplo, si eres conservador y no quieres asumir riesgos, puedes usar productos garantizados o de renta fija. Si eres arriesgado y quieres tener una mayor rentabilidad, puedes usar productos no garantizados o de renta variable.

La rentabilidad se refiere al beneficio o ganancia que obtienes por tu dinero. Esta depende del tipo de producto que elijas y de las condiciones del mercado. Puede ser fija o variable. La rentabilidad fija es la que se conoce de antemano y no cambia durante el plazo del producto. Por ejemplo, un depósito a plazo fijo te ofrece una rentabilidad fija del 1 % anual. La rentabilidad variable es la que depende del comportamiento del producto y puede variar al alza o a la baja. Por ejemplo, un fondo de inversión que ofrece una rentabilidad variable que puede ser del 10% o del -5% según el año.

Para definir una estrategia financiera, debes buscar el equilibrio entre el plazo, el riesgo y la rentabilidad que más se adapte a tus objetivos financieros. También debes diversificar tus productos para reducir el riesgo y aumentar las posibilidades de éxito. Por ejemplo, puedes tener una parte de tu dinero en productos de corto plazo y bajo riesgo para cubrir tus necesidades inmediatas, y otra parte en productos de largo plazo y mayor riesgo para aprovechar las oportunidades de crecimiento.

En mi caso, mi estrategia financiera consiste en tener tres carteras de productos financieros: una para mi objetivo a corto plazo, otra para mi objetivo a medio plazo y otra para mi objetivo a largo plazo. Para mi objetivo a corto plazo, que es ahorrar 2000 euros en seis meses para hacer un curso online de finanzas personales, uso una cuenta de ahorro que me ofrece una rentabilidad fija del 0.10% anual. Sé que no es mucho, pero prefiero tener el dinero disponible y seguro.

Para mi objetivo a medio plazo, que es ahorrar 20.000 euros en cuatro años para dar la entrada de un piso que quiero comprar, uso un depósito a plazo fijo que me ofrece una rentabilidad fija del 1% anual. Sé que podría obtener más rentabilidad con otros productos, pero prefiero tener el dinero garantizado y sin riesgo.

Para mi objetivo a largo plazo, que es ahorrar 200.000 euros en 20 años para jubilarme con tranquilidad y poder viajar por el mundo, uso un fondo de inversión que replica el índice S&P 500 y que ofrece una rentabilidad variable que puede ser del 10% o del -5% según el año. Sé que este producto tiene más riesgo, pero también tiene más potencial de crecimiento y estoy dispuesto a asumirlo. Además, al invertir a largo plazo, puedo aprovechar el efecto del interés compuesto y la diversificación del mercado.

Paso 5: Seguir y revisar periódicamente el plan financiero personal

El quinto paso es seguir y revisar periódicamente el plan financiero personal. Esto significa que debes controlar tus ingresos y gastos cada mes o cada año, comprobar si estás cumpliendo tus objetivos financieros o si necesitas hacer ajustes o cambios, y evaluar el rendimiento de tus productos financieros y si siguen siendo los más adecuados para ti.

Si te preguntaras ahora mismo si sabes en qué estás gastando exactamente tu dinero, probablemente no podrías responderme. Por eso, es importante que revises tu plan de gastos cada mes y veas si has cumplido con tu presupuesto o si has gastado más o menos de lo previsto. Si has gastado más, analiza en qué categoría has gastado más y por qué. Si has gastado menos, felicítate y decide si quieres destinar ese dinero a algún objetivo o guardarlo para el futuro.

Cada tres meses, revisa tus objetivos financieros y ve si estás más cerca o más lejos de lograrlos. Si estás más cerca, felicítate y sigue con tu estrategia financiera. Si estás más lejos, analiza las causas y decide si quieres modificar tus objetivos o tu estrategia financiera.

Cada año, revisa tus productos financieros y ve si han tenido una buena o una mala rentabilidad. Si han tenido una buena rentabilidad, ¡celébralo! Y sigue con tus productos financieros. Si han tenido una mala rentabilidad, analiza las razones y decide si quieres cambiar de productos financieros o mantenerlos.

Paso 6: Utilizar herramientas o aplicaciones que faciliten el control de las finanzas personales

El sexto paso es utilizar herramientas o aplicaciones que faciliten el control de las finanzas personales. Estas herramientas o aplicaciones son programas informáticos o aplicaciones móviles que te ayudan a gestionar mejor tu dinero, ofreciéndote información, consejos, alertas, etc.

Algunas de las herramientas o aplicaciones más populares son:

  1. FinTonic: Es una aplicación que te permite conectar tus cuentas bancarias y tus tarjetas, y ver todos tus movimientos en una sola pantalla. También te clasifica los gastos por categoría, te muestra gráficos de tu evolución financiera, te avisa de comisiones, descubiertos, vencimientos, etc. Además, te ofrece productos financieros personalizados.
  2. Mind: Es similar a FinTonic, pero enfocada al mercado estadounidense. Te permite conectar tus cuentas bancarias, tus tarjetas, tus préstamos, tus inversiones, etc., y ver toda tu situación financiera en un solo lugar. También te ayuda a hacer un presupuesto, a establecer objetivos financieros, a ahorrar e invertir, y a mejorar tu puntuación crediticia.
  3. Coinc: Es una plataforma online que te permite crear una cuenta de ahorros sin comisiones y con una rentabilidad del 0.30% TAE. También te permite crear metas de ahorro individuales o colectivas, acceder a descuentos en comercios y servicios, y contratar productos financieros de Bankinter.
  4. Indexa Capital: Es una plataforma online que te ofrece un servicio de gestión automatizada de inversiones. Te permite invertir en carteras diversificadas de fondos indexados con bajas comisiones y adaptadas a tu perfil de riesgo. También te ofrece planes de pensiones indexados y planes de ahorro para niños.

En mi caso, uso FinTonic para hacer mi plan de gastos y ver mis movimientos bancarios. Me gusta porque es muy fácil de usar y me ofrece mucha información útil. También uso Indexa Capital para invertir para mi objetivo a largo plazo. Me ofrece una gestión profesional y transparente de mi dinero, y me adapta la cartera según mi perfil de riesgo.

Paso 7: Aprender sobre educación financiera y buscar asesoramiento profesional si se necesita

El séptimo y último paso es aprender sobre educación financiera y buscar asesoramiento profesional si se necesita. La educación financiera es el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que te permiten tomar decisiones financieras informadas y responsables. Formarte en finanzas te permitirá comprender mejor el sistema financiero y sus productos, y será más difícil que caigas en fraudes o estafas.

Sin embargo, ten en cuenta que a veces la educación financiera no es suficiente para hacer una planificación financiera personal óptima. En esos casos, es recomendable buscar el apoyo de un profesional que te ayude a tomar las mejores decisiones con tu dinero.


“No ahorres lo que queda después de gastar, sino gasta lo que queda después de ahorrar.” – Warren Buffett

Y así, al final de este viaje, nos encontramos en un lugar de mayor comprensión y control sobre nuestras finanzas personales. Hemos evaluado nuestra situación actual, establecido un presupuesto realista, definido nuestros objetivos financieros y trazado un camino claro para alcanzarlos. Pero recuerda, la planificación financiera personal no es un destino, sino un viaje continuo de ajustes y aprendizaje.

Como en cualquier viaje, habrá desvíos, retrasos y sorpresas inesperadas. Pero con la guía que te he proporcionado, tienes las herramientas y el conocimiento para navegar por estos desafíos y seguir avanzando hacia tus metas financieras.

Espero que este artículo te haya proporcionado una base sólida para tu planificación financiera personal. Pero más allá de eso, espero que te haya inspirado a tomar el control de tus finanzas y a verlas no como una fuente de estrés, sino como una herramienta para alcanzar tus sueños y metas.

Así que, ¿estás listo para embarcarte en tu propio viaje de planificación financiera personal? Recuerda, el primer paso es siempre el más importante.

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