El Inti Raymi, la fiesta del sol

El Inti Raymi, también conocido como la fiesta del sol, es una ceremonia andina que se celebra todos los años el 24 de junio. Esta festividad tiene sus raíces en la cultura incaica y era una forma de agradecer al sol por las cosechas y marcar el inicio de un nuevo año agrícola. Aunque su origen exacto es incierto, se cree que fue establecida por el Inca Pachacútec como una estrategia para unir a todas las colonias bajo su poder.

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La cultura incaica dependía en gran medida de la agricultura, por lo que el sol era una deidad muy importante para ellos. La mejor manera de unir a toda la población era a través de una ceremonia que le diera las gracias a su deidad más importante. El Inti Raymi coincide con el solsticio de invierno, el cual marca el inicio del invierno y es el momento en el que la noche es la más larga del año. Es interesante notar que el solsticio de invierno en el hemisferio norte ocurre seis meses después que en el hemisferio sur. Por lo tanto, el 24 de diciembre se celebra una fiesta conocida como Saturnalia en el hemisferio norte, la cual posteriormente fue reemplazada por la Navidad.

Antiguamente, el Inti Raymi era conocido como «Juego en Terreno», que se traduciría como «Fiesta del Sol Niño». Esto se debe a que se consideraba que el sol renacía en esta fecha y comenzaba su ciclo nuevamente, como un niño que crecería hasta el próximo solsticio. Esta creencia simbolizaba la continuidad y renovación de la vida.

La principal fuente de información sobre esta festividad es el Inca Garcilaso de la Vega, quien en su obra «Los Comentarios Reales de los Incas» nos brinda una explicación de cómo se celebraba el Inti Raymi. Según Garcilaso, el Inca y todos los curacas del imperio se reunían para esperar la salida del sol. Se colocaban en cuclillas con los brazos estirados hacia el aire y, al amanecer, el Inca brindaba con vasos de chicha. El primer vaso, que se encontraba en su mano izquierda, era compartido con sus parientes, mientras que el segundo vaso, que se encontraba en su mano derecha, era vertido como ofrenda al dios. Luego, se dirigían al Koricancha para continuar adorando al sol y los curacas rendían sus ofrendas traídas desde sus tierras, incluyendo sacrificios de ganado. La carne era repartida entre todos los presentes y los festejos continuaban en los días posteriores.

Antes de la celebración, solo se permitía consumir maíz crudo, hierbas y agua. Además, estaba prohibido encender fuego en toda la ciudad y los hombres debían abstenerse de dormir con sus esposas. Estas restricciones reflejaban la importancia y solemnidad de la festividad.

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Sin embargo, después de la conquista española, el Guagua Inti Raymi fue prohibido por considerarse una festividad pagana. No fue hasta 1944 que Faustino Espinoza Navarro reconstruyó la celebración basándose en las descripciones de los Comentarios Reales. A partir de entonces, se decidió celebrar el Inti Raymi cada 24 de junio, fecha que coincide con el Día del Campesino en Perú. Desde entonces, esta festividad se conoce simplemente como Inti Raymi.

La representación teatral del Inti Raymi comienza en el Koricancha, el templo del sol, desde las primeras horas del día. El personaje del Inca invoca al sol y luego se dirigen a la Plaza de Armas, donde se realiza la ceremonia de la coca. Finalmente, la fiesta culmina en Sacsayhuamán, donde se lleva a cabo la ceremonia central. Aunque la festividad principal se desarrolla en la ciudad del Cusco, el Inti Raymi también se celebra en otros países como Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia y Argentina, debido a la influencia del Imperio Incaico en estas regiones.

El Inti Raymi es un ejemplo del orgullo que cada persona debe tener por sus raíces y de la importancia de preservar las tradiciones de sus antepasados. Es una celebración que nos conecta con nuestra historia y nos recuerda la estrecha relación que existía entre los antiguos incas y la naturaleza.

En conclusión, el Inti Raymi es una festividad ancestral que se celebra en honor al sol y marca el inicio de un nuevo año agrícola. A través de esta ceremonia, los incas expresaban su gratitud al sol por las cosechas y buscaban unir a todas las colonias bajo su poder. Aunque fue prohibida durante la conquista española, fue reconstruida en 1944 y desde entonces se celebra cada 24 de junio en la ciudad del Cusco, Perú. Esta festividad es un recordatorio de nuestras raíces y nos invita a valorar y preservar nuestras tradiciones.

Gracias por leer y estar atento a futuros contenidos!

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