¿Ojo seco? Prueba estos Trucos EFECTIVOS ¡Recupera la hidratación!

El ojo seco es una condición que afecta a millones de personas en el mundo y que se caracteriza por una disminución o alteración de la producción de lágrimas, lo que provoca sequedad, irritación, ardor, enrojecimiento y sensación de cuerpo extraño en los ojos. El ojo seco puede tener diversas causas, como el envejecimiento, el uso de lentes de contacto, el abuso de pantallas, el clima seco, el consumo de ciertos medicamentos, las alergias o las enfermedades autoinmunes.

Si has estado lidiando con el problema del ojo seco y sientes que has probado de todo, déjame decirte que aún hay esperanza. En este artículo, te compartiré consejos efectivos para mejorar el ojo seco de manera integrativa. Estos consejos abarcan desde cambios en la alimentación hasta medidas ambientales, y te ayudarán a recuperar la hidratación en tus ojos.

Alimentación antiinflamatoria: el primer paso hacia la mejora

Una alimentación antiinflamatoria es fundamental para combatir el ojo seco, ya que la inflamación crónica es uno de los factores que contribuyen a la disfunción de las glándulas lagrimales. Es importante tener en cuenta que cada caso es único y debe ser abordado de manera individualizada por un profesional. Sin embargo, hay algunos consejos generales que pueden beneficiar a todas las personas.

  • Elimina el alcohol y los ultraprocesados de tu dieta. Estos alimentos contienen grasas trans, harinas refinadas y azúcares añadidos que pueden empeorar el ojo seco, al aumentar el estrés oxidativo y la inflamación en el organismo.
  • Prioriza los lácteos de cabra y oveja en lugar de los lácteos de vaca. Los lácteos de cabra y oveja contienen una caseína más similar a la leche materna y son menos proinflamatorios. Además, tienen un menor contenido de lactosa, que puede ser mal tolerada por algunas personas y causar problemas digestivos e inflamatorios.
  • Aumenta el consumo de antioxidantes. Los antioxidantes son sustancias que protegen a las células del daño causado por los radicales libres, que se generan por el metabolismo, la contaminación, el tabaco, etc. Los antioxidantes ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas, y también pueden mejorar el ojo seco, al reducir la inflamación y el estrés oxidativo en las glándulas lagrimales. Incluye frutas llamativas como arándanos, litchi, maqui y frambuesas en tu alimentación, ya que son ricas en antioxidantes como las antocianinas, los flavonoides y la vitamina C.
  • Aumenta la cantidad de vegetales para obtener los micronutrientes necesarios. Los vegetales son una fuente de vitaminas, minerales, fibra y fitoquímicos que pueden mejorar la salud ocular y general. Algunos de los micronutrientes más importantes para el ojo seco son el zinc, el selenio, el magnesio, el hierro, el cobre, el yodo, el calcio, el fósforo, el potasio, el sodio, el cloro, el manganeso, el cromo, el molibdeno, el flúor, el boro, el silicio, el cobalto y el vanadio. Estos micronutrientes participan en diversas funciones enzimáticas, hormonales, inmunológicas y estructurales que pueden afectar la producción y la calidad de las lágrimas. Para obtenerlos, consume una variedad de vegetales de diferentes colores, como espinacas, brócoli, zanahorias, tomates, pimientos, coliflor, etc.

Ejercicio de fuerza: músculo y andrógenos

El ejercicio de fuerza es beneficioso para el ojo seco, ya que el músculo es antiinflamatorio. El músculo es un tejido activo que libera sustancias que regulan el metabolismo, el sistema inmune y la inflamación. Además, el ejercicio de fuerza estimula la producción de andrógenos, que son hormonas sexuales que se encuentran en mayor cantidad en los hombres, pero que también están presentes en las mujeres. Los andrógenos protegen contra el desarrollo del ojo seco, al mejorar la función de las glándulas lagrimales y la composición de las lágrimas. Por lo tanto, es importante mantener una masa muscular adecuada para beneficiarse de su efecto protector. Para ello, se recomienda realizar ejercicios de fuerza al menos dos veces por semana, trabajando todos los grupos musculares principales.

Reducir la exposición a tóxicos ambientales y disruptores endocrinos

La exposición a tóxicos ambientales y disruptores endocrinos puede afectar la función hormonal relacionada con el ojo seco. Los disruptores endocrinos son sustancias químicas que interfieren con el sistema endocrino, que es el encargado de regular la producción y el equilibrio de las hormonas. Algunos de los disruptores endocrinos más comunes son los ftalatos, el bisfenol A, los parabenos, los pesticidas, los metales pesados, etc. Estas sustancias pueden alterar la producción de andrógenos, estrógenos, progesterona, cortisol, tiroides, etc., lo que puede afectar la salud ocular y general. Algunos consejos para reducir la exposición a estos tóxicos son:

  • Evitar el uso de productos de limpieza con sustancias irritantes como lejía y amoniaco. En su lugar, utiliza vinagre, agua oxigenada, alcohol o ácido cítrico, que son desinfectantes naturales y ecológicos.
  • Retirar los ambientadores y perfumes comerciales que contienen ingredientes nocivos. Opta por perfumes basados en aceites esenciales, que son aromas naturales y terapéuticos.
  • Sustituir utensilios de plástico por utensilios de vidrio en la cocina. El plástico puede liberar sustancias como el bisfenol A, que actúa como un disruptor endocrino y puede alterar el equilibrio hormonal. El vidrio, en cambio, es un material inerte y seguro que no contamina los alimentos ni el ambiente.
  • Evitar el consumo de pescado de gran tamaño, como el atún, el pez espada o el tiburón, que pueden contener altos niveles de mercurio, un metal pesado que puede dañar el sistema nervioso y el endocrino. Prefiere el consumo de pescado pequeño, como las sardinas, las anchoas o el boquerón, que son ricos en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias y beneficiosas para el ojo seco.

Cuidado con los cosméticos y productos para la piel

Es importante prestar atención a los cosméticos y productos que utilizamos cerca de los ojos, ya que algunos ingredientes pueden empeorar el ojo seco. Evita el uso de cosméticos con sustancias no beneficiosas y ten cuidado con la fecha de caducidad, ya que pueden albergar bacterias y hongos que pueden causar infecciones oculares. Algunos consejos para cuidar los ojos con los cosméticos son:

  • Utiliza productos hipoalergénicos, naturales y ecológicos, que no contengan parabenos, ftalatos, perfumes artificiales, colorantes sintéticos, etc. Estos ingredientes pueden irritar los ojos y provocar reacciones alérgicas.
  • Evita el uso de máscara de pestañas a prueba de agua, ya que puede resecar las pestañas y dificultar la eliminación. Prefiere el uso de máscara de pestañas soluble en agua, que es más fácil de retirar y menos agresiva con los ojos.
  • Limpia bien los ojos antes de dormir, usando un desmaquillante suave y adecuado para la zona ocular. No dejes restos de maquillaje en los ojos, ya que pueden obstruir las glándulas lagrimales y causar inflamación.
  • Hidrata la piel alrededor de los ojos con una crema específica para el contorno de ojos, que tenga ingredientes naturales y nutritivos, como el aceite de rosa mosqueta, el aloe vera, la manteca de karité, el ácido hialurónico, etc. Estos ingredientes ayudan a mantener la elasticidad y la hidratación de la piel, y a prevenir las arrugas y las bolsas.

Humidificar el ambiente y parpadear con frecuencia

El ambiente seco es uno de los factores que más influye en el ojo seco, ya que favorece la evaporación de las lágrimas y la deshidratación de los ojos. Por eso, es importante mantener una humedad adecuada en el ambiente, especialmente en invierno, cuando la calefacción reseca el aire. Algunas formas de humidificar el ambiente son:

  • Utilizar un humidificador o un vaporizador de agua en la habitación donde se duerme o se trabaja. Estos aparatos emiten vapor de agua que aumenta la humedad del aire y alivia la sequedad ocular. Es importante limpiarlos con frecuencia y cambiar el agua para evitar la proliferación de microorganismos.
  • Colocar recipientes con agua cerca de los radiadores o las fuentes de calor, para que el agua se evapore y humedezca el aire. También se pueden colocar plantas en el interior de la casa, ya que las plantas transpiran y liberan vapor de agua.
  • Evitar el uso de ventiladores o aire acondicionado, ya que estos dispositivos generan corrientes de aire que resecan los ojos. Si es necesario usarlos, se recomienda dirigirlos hacia el suelo o la pared, y no hacia la cara.
  • Parpadear con frecuencia, sobre todo cuando se está frente a una pantalla de ordenador, televisión o móvil. El parpadeo es un mecanismo natural que ayuda a distribuir las lágrimas por la superficie ocular y a mantenerla lubricada. Sin embargo, cuando se está concentrado en una pantalla, se tiende a parpadear menos, lo que puede provocar sequedad e irritación. Por eso, se aconseja parpadear cada 10 o 15 segundos, y hacer pausas cada 20 minutos, mirando a un punto lejano durante 20 segundos, para relajar la vista.

Suplementos naturales para el ojo seco

Además de los consejos anteriores, existen algunos suplementos naturales que pueden ayudar a mejorar el ojo seco, al aportar nutrientes esenciales para la salud ocular. Estos suplementos deben ser tomados bajo la supervisión de un profesional, y no sustituyen a una alimentación equilibrada y variada. Algunos de los suplementos más recomendados para el ojo seco son:

  • Ácidos grasos omega-3: son ácidos grasos esenciales que tienen propiedades antiinflamatorias y mejoran la calidad y la cantidad de las lágrimas. Se encuentran en el pescado azul, las nueces, las semillas de lino y de chía, etc. También se pueden tomar en forma de cápsulas de aceite de pescado, de krill o de algas, que son fuentes de omega-3 de origen marino, que son más biodisponibles y eficaces que los de origen vegetal. La dosis recomendada es de 1 a 3 gramos al día, repartidos en las comidas.
  • Vitamina A: es una vitamina liposoluble que interviene en la formación y el mantenimiento de las mucosas, incluyendo la conjuntiva ocular, que es la capa que recubre el ojo y lo protege de las infecciones. La vitamina A también participa en la producción de rodopsina, un pigmento que permite la visión nocturna. La deficiencia de vitamina A puede causar sequedad, inflamación y úlceras en los ojos, así como ceguera nocturna. La vitamina A se encuentra en alimentos de origen animal, como el hígado, la mantequilla, el queso, el huevo, etc. También se puede obtener a partir de los carotenoides, que son pigmentos vegetales que se convierten en vitamina A en el organismo. Los carotenoides se encuentran en frutas y verduras de color naranja, rojo o verde, como la zanahoria, el tomate, la calabaza, el pimiento, la espinaca, el brócoli, etc. La dosis recomendada de vitamina A es de 800 a 1000 microgramos al día, preferiblemente con las comidas.
  • Vitamina C: es una vitamina hidrosoluble que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y que contribuye a la síntesis de colágeno, una proteína que forma parte de la córnea y el cristalino. La vitamina C ayuda a prevenir el daño oxidativo y la inflamación en los ojos, y también puede mejorar la producción de lágrimas. La vitamina C se encuentra en frutas cítricas, como la naranja, el limón, el pomelo, etc., y en otros alimentos como el kiwi, la fresa, el perejil, el pimiento, etc. La dosis recomendada de vitamina C es de 75 a 100 miligramos al día, repartidos en varias tomas.
  • Vitamina E: es una vitamina liposoluble que también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y que protege a las células de los ojos del daño causado por los radicales libres. La vitamina E también puede mejorar la función de las glándulas lagrimales y la calidad de las lágrimas. La vitamina E se encuentra en alimentos como el aceite de girasol, las semillas de girasol, las almendras, las avellanas, etc. La dosis recomendada de vitamina E es de 10 a 15 miligramos al día, preferiblemente con las comidas.
  • Luteína y zeaxantina: son dos carotenoides que se encuentran en la mácula, la zona central de la retina, donde se concentra la mayor agudeza visual. La luteína y la zeaxantina actúan como filtros naturales de la luz azul, que es la más dañina para los ojos, y previenen el desarrollo de la degeneración macular asociada a la edad, una de las principales causas de ceguera. La luteína y la zeaxantina también pueden mejorar el ojo seco, al aumentar la densidad de las glándulas lagrimales y la producción de mucina, un componente de las lágrimas que ayuda a mantener la hidratación ocular. La luteína y la zeaxantina se encuentran en alimentos como la espinaca, el brócoli, el maíz, la calabaza, la naranja, etc. La dosis recomendada de luteína y zeaxantina es de 10 a 20 miligramos al día, repartidos en varias tomas.
  • N-acetilcisteína: es un aminoácido que tiene propiedades mucolíticas, es decir, que ayuda a disolver el moco y a mejorar la fluidez de las secreciones. La n-acetilcisteína puede mejorar el ojo seco, al reducir la viscosidad de las lágrimas y facilitar su distribución por la superficie ocular. Además, la n-acetilcisteína tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que protegen a los ojos del estrés oxidativo y la inflamación. La n-acetilcisteína se puede obtener a partir de alimentos ricos en cisteína, como el huevo, el pollo, el pavo, el queso, etc. También se puede tomar en forma de cápsulas o polvo, que se disuelve en agua. La dosis recomendada de n-acetilcisteína es de 600 a 1200 miligramos al día, repartidos en varias tomas.

“La salud es la riqueza real y no piezas de oro y plata.” – Mahatma Gandhi

Cuida tus ojos y mejora tu calidad de vida

El ojo seco es un problema que puede afectar seriamente tu bienestar, tu rendimiento y tu autoestima. Por eso, es importante que tomes medidas para prevenirlo y tratarlo de forma integral. Como has visto, hay muchos factores que influyen en la salud de tus ojos, y que puedes modificar con simples cambios en tu estilo de vida.

Recuerda que una alimentación antiinflamatoria, rica en antioxidantes y micronutrientes, es la base para mantener tus ojos hidratados y protegidos. También es importante que evites los factores ambientales que pueden irritar tus ojos, como el aire acondicionado, el humo, el polvo o la luz artificial. Y por supuesto, no olvides visitar a tu oftalmólogo regularmente para hacer un seguimiento de tu condición y recibir el tratamiento adecuado.

Si quieres profundizar más en el tema del ojo seco y aprender cómo mejorar tu salud ocular de forma natural, te recomiendo los siguientes recursos:

  • El libro “Ojo seco: soluciones naturales y efectivas” de la Dra. Ana María Lajusticia. En este libro, encontrarás información detallada sobre las causas, los síntomas y los tratamientos del ojo seco, así como consejos prácticos para cuidar tus ojos con remedios naturales, ejercicios y suplementos. Puedes comprar el libro en Amazon o en tu librería favorita.
  • El curso “Ojo seco: cómo prevenirlo y tratarlo” de la plataforma Coursera. Este curso, impartido por el Dr. José Luis Güell, te enseñará los conceptos básicos sobre el ojo seco, sus tipos, sus factores de riesgo y sus complicaciones. También aprenderás cómo realizar un diagnóstico correcto y cómo aplicar las mejores opciones terapéuticas según cada caso. Puedes inscribirte al curso en Coursera y obtener un certificado al completarlo.
  • El humidificador ultrasónico “Levoit”. Este humidificador te ayudará a mantener un nivel óptimo de humedad en tu ambiente, lo que favorecerá la lubricación de tus ojos y evitará la sequedad y la irritación. El humidificador tiene un diseño elegante y silencioso, y cuenta con un control remoto, un temporizador, un sensor de humedad y una luz nocturna. Puedes adquirir el humidificador en Amazon o en tu tienda de electrodomésticos más cercana.

Espero que este artículo te haya sido útil y que puedas disfrutar de unos ojos sanos y felices. ¡Hasta la próxima! 

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