¿Por qué crear valor es más importante que tener un título universitario?

En este artículo, exploraremos la idea de que las personas que crean productos o servicios útiles para los demás pueden tener más éxito en el mundo empresarial que aquellas que tienen una mayor inteligencia o una educación formal. A menudo, nos enseñan que obtener un título universitario es la clave para tener éxito en la vida, pero la realidad es que obtenemos lo que producimos. Para triunfar en un sistema capitalista como el que vivimos, es necesario satisfacer las necesidades y los deseos de los consumidores. Además, hay tres factores que explican por qué las personas que crean valor pueden convertirse en millonarios: la ley de la oferta y la demanda, la perseverancia y la humildad.

La ley de la oferta y la demanda

La ley de la oferta y la demanda es un principio básico de la economía. Nos dice que si hay mucha demanda de un producto pero poca oferta, el precio tiende a subir. Por otro lado, si hay mucha oferta pero poca demanda, el precio tiende a bajar. En una economía capitalista, las personas compran bienes y servicios que les sean útiles y les den satisfacción. Por lo tanto, los consumidores darán su dinero a aquellas personas o empresas que generen buenos productos o servicios.

Esto significa que no importa cuánto tiempo de trabajo o estudios se haya necesitado para crear un producto, las personas solo pagarán si ese bien o servicio es útil para ellos. Por ejemplo, un biólogo que ha dedicado 30 años a investigar el comportamiento de las abejas puede haber invertido miles de horas de estudio y trabajo, pero si esa información no es útil para la mayoría de las personas, es probable que las personas paguen muy poco por ese servicio.

En cambio, una persona sin estudios formales pero con experiencia en la creación de colmenas y producción de miel puede crear una empresa exitosa y ganar mucho más dinero que el biólogo. Esto se debe a que el producto que ofrece el apicultor, la miel, es útil y demandado por muchas personas. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción mundial de miel alcanzó los 1,9 millones de toneladas en 2018, con un valor de mercado de 7.200 millones de dólares.

Además, la miel tiene múltiples beneficios para la salud, como mejorar el sistema inmunológico, prevenir infecciones, aliviar la tos y el dolor de garganta, entre otros.

La ley de la oferta y la demanda también se aplica a profesiones como el fútbol y la medicina. Lionel Messi, una estrella de fútbol, gana millones de dólares porque su habilidad para jugar al fútbol genera más satisfacción a la mayoría de las personas que asistir a una conferencia dictada por un médico. La final del Mundial de Fútbol en Catar fue vista por 1.500 millones de personas, mientras que la cantidad de vistas de una conferencia médica o el anuncio del Premio Nobel de Medicina no llegan ni al 0,1% de la final de fútbol. Esto demuestra que el mercado, es decir, los consumidores de bienes y servicios, deciden cuánto están dispuestos a pagar por cada producto o servicio.

Sin embargo, la ley de la oferta y la demanda no es el único factor que determina el éxito de una persona o una empresa. También hay que tener en cuenta otros aspectos, como la calidad, la innovación, la competencia, la regulación, la ética y la responsabilidad social. No basta con crear un producto o servicio útil, también hay que hacerlo bien, mejorarlo constantemente, diferenciarse de los demás, cumplir con las normas, respetar los derechos humanos y cuidar el medio ambiente.

La perseverancia

La perseverancia es otra cualidad que puede ayudar a las personas a alcanzar el éxito en el mundo empresarial. La perseverancia es la capacidad de mantener el esfuerzo y el interés por un objetivo a pesar de las dificultades, los obstáculos y los fracasos. Las personas perseverantes no se rinden fácilmente, sino que aprenden de sus errores, se adaptan a los cambios y buscan soluciones creativas.

La perseverancia es especialmente importante para los emprendedores, que tienen que enfrentarse a muchos retos y riesgos para crear y desarrollar sus negocios. Según un estudio de la Universidad de Harvard, el 75% de las empresas emergentes fracasan en los primeros cinco años de vida. Esto significa que solo una de cada cuatro empresas logra sobrevivir y crecer en el mercado. Por lo tanto, los emprendedores tienen que ser perseverantes y no desanimarse ante los fracasos, sino verlos como oportunidades de aprendizaje y mejora.

Un ejemplo de perseverancia es el de Thomas Edison, el inventor de la bombilla eléctrica. Edison realizó más de 10.000 experimentos antes de encontrar el material adecuado para el filamento de la bombilla. Cuando le preguntaron cómo se sentía al fracasar tantas veces, Edison respondió: “No fracasé. Solo encontré 10.000 formas que no funcionan”.

Otro ejemplo de perseverancia es el de J.K. Rowling, la autora de la saga de Harry Potter. Rowling escribió el primer libro de la serie mientras vivía en la pobreza y sufría una depresión. Además, su manuscrito fue rechazado por 12 editoriales antes de ser aceptado por una pequeña editorial que solo le pagó 1.500 libras. Sin embargo, Rowling no se rindió y siguió escribiendo y promocionando su obra. Hoy en día, Harry Potter es una de las franquicias más exitosas de la historia, con más de 500 millones de libros vendidos y una fortuna estimada de 1.000 millones de dólares para su autora.

Sin embargo, la perseverancia no es suficiente para alcanzar el éxito en el mundo empresarial. También hay que tener en cuenta otros aspectos, como la inteligencia, la educación, la creatividad, la pasión, la visión, el liderazgo y el trabajo en equipo. No basta con insistir en un objetivo, también hay que saber cuándo cambiar de estrategia, aprender de los demás, innovar y adaptarse al entorno.

La humildad

La humildad es otra cualidad que puede ayudar a las personas a alcanzar el éxito en el mundo empresarial. La humildad es la capacidad de reconocer las propias limitaciones, debilidades y errores, y de aceptar las críticas, los consejos y las ayudas de los demás. Las personas humildes no se creen superiores ni inferiores a nadie, sino que se valoran a sí mismas y a los demás de forma realista y equilibrada.

La humildad es especialmente importante para los emprendedores, que tienen que lidiar con la incertidumbre, la competencia y el cambio constante. Las personas humildes son conscientes de que no lo saben todo, que pueden equivocarse y que necesitan aprender de sus clientes, sus socios, sus empleados y sus competidores. Además, las personas humildes son capaces de reconocer y celebrar los logros de los demás, de compartir el mérito y el beneficio, y de asumir la responsabilidad y el coste.

Un ejemplo de humildad es el de Jeff Bezos, el fundador de Amazon. Bezos empezó su negocio vendiendo libros por internet desde su garaje, con una inversión inicial de 10.000 dólares. A pesar de convertirse en el hombre más rico del mundo, Bezos sigue manteniendo una actitud humilde y curiosa. Bezos se reúne regularmente con sus clientes, lee sus comentarios, responde sus correos y escucha sus sugerencias. Además, Bezos invierte en proyectos innovadores y filantrópicos, como Blue Origin, una empresa de exploración espacial, y el Fondo Bezos para la Educación y la Lucha contra el Cambio Climático.

Otro ejemplo de humildad es el de Oprah Winfrey, la presentadora de televisión y empresaria. Winfrey nació en una familia pobre y sufrió abusos y discriminación durante su infancia y adolescencia. Sin embargo, Winfrey logró superar sus traumas y convertirse en una de las mujeres más influyentes y admiradas del mundo. Winfrey usa su fama y su fortuna para ayudar a los demás, especialmente a las mujeres y a los niños. Winfrey ha creado una escuela para niñas en Sudáfrica, una fundación para la educación y el empoderamiento, y una red de televisión y medios que promueve el bienestar y la inspiración.

Sin embargo, la humildad no es incompatible con la ambición, la confianza y el orgullo. También hay que tener en cuenta otros aspectos, como la autoestima, la motivación, el valor y la determinación. No basta con ser modesto, también hay que ser audaz, creer en uno mismo y defender lo que uno hace.

“El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.” – Fernando Pessoa

Crear Valor, No Solo Títulos

En resumen, la clave para tener éxito en la vida no es necesariamente tener un título universitario, sino ser capaz de crear valor para los demás. Ya sea que estés produciendo miel, jugando al fútbol o desarrollando una nueva tecnología, lo que realmente importa es cuánto valor puedes aportar a la sociedad.

Si te ha interesado este tema y quieres profundizar más, te recomendamos el libro «El mito del emprendedor» de Michael E. Gerber, que explora en profundidad la idea de crear valor en el mundo empresarial. También puedes considerar tomar el curso «Economía para no economistas» en Coursera, que ofrece una introducción accesible a conceptos económicos clave como la oferta y la demanda.

Recuerda, el éxito no se mide por los títulos que tienes, sino por el valor que puedes aportar a los demás. ¡Sigue creando, sigue aprendiendo y sigue creciendo!

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