Transforma tu Vida: 5 hábitos científicos que te harán sentir vivo cada día

¿Alguna vez te has sentido pleno y satisfecho con tu vida? ¿De esos días en que te levantas temprano, lleno de energía y vitalidad, y te enfrentas al mundo con una sonrisa? ¿De esos días en que no te dejas llevar por el estrés y sigues tus hábitos saludables con entusiasmo? ¿De esos días en que no necesitas recurrir a Instagram o a cualquier otra forma de estímulo superficial y artificial, porque la vida real es mucho más bella y gratificante?

Seguramente, has experimentado esos días alguna vez, pero quizás no con la frecuencia que te gustaría. Tal vez, después de esas olas de motivación e inspiración, te has encontrado sumido en una profunda oscuridad, donde te das cuenta de que tu realidad no es la que deseas, y que intentas escapar de ella esperando que llegue el próximo día bueno, que solo aparece dos veces al año.

Pero déjame decirte que vivir una vida plena, eufórica e intensa, rebosante de vitalidad, no es una utopía. Es posible, y depende en gran medida de los hábitos que cultivamos. En este artículo, te voy a presentar cinco hábitos que, según la ciencia, te harán vivir plenamente.

1. Come menos y mejor

Uno de los factores que más influye en nuestra salud, energía y longevidad es la alimentación. Lo que comemos tiene un impacto directo en nuestro organismo, nuestro cerebro y nuestro estado de ánimo. Por eso, es importante comer de forma consciente, equilibrada y moderada.

Un ejemplo de esto lo encontramos en las llamadas “zonas azules”, regiones del planeta donde hay una mayor concentración de personas que viven más de 100 años. Una de estas zonas azules es la isla de Okinawa, en Japón, donde los habitantes siguen una filosofía de vida llamada “hara hachi bu”, que significa “come hasta el 80% de tu capacidad”.

Esta práctica, que yo mismo he adoptado hace varios años, consiste en dejar de comer cuando te sientes saciado, pero no lleno. De esta forma, evitas el exceso de calorías, que puede provocar obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones. Además, al comer menos, activas un mecanismo biológico llamado autofagia, que consiste en la eliminación de las células dañadas y la regeneración de las sanas, lo que mejora el funcionamiento de tu cuerpo y tu cerebro.

Por supuesto, no solo importa la cantidad, sino también la calidad. En Okinawa, la dieta se basa en alimentos naturales, frescos y variados, como verduras, frutas, pescado, tofu, algas y té verde. Estos alimentos aportan los nutrientes esenciales para el organismo, como vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas y grasas saludables. Además, evitan el consumo de alimentos procesados, refinados y azucarados, que son los que más daño hacen a nuestra salud.

2. Rodéate de gente constructiva

Otro factor que influye enormemente en nuestra felicidad y bienestar es el entorno social. Las personas con las que nos relacionamos tienen un efecto contagioso en nuestro estado de ánimo, nuestra actitud y nuestra conducta. Por eso, es importante rodearnos de gente constructiva, que nos aporte valor, nos motive y nos inspire.

En las zonas azules, las personas mantienen vínculos sociales fuertes y duraderos, que les proporcionan apoyo, confianza y sentido de pertenencia. Estas relaciones se basan en el respeto, la cooperación y la generosidad, y se cultivan a lo largo de la vida. Además, las personas se agrupan en comunidades que comparten valores, creencias y objetivos, lo que les da un propósito y una dirección.

En contraste, las personas destructivas, que yo llamo personas “0.8”, son aquellas que nos restan energía, nos desaniman y nos perjudican. Son personas negativas, quejicas y conformistas, que siempre ven el lado malo de las cosas y no buscan soluciones. Estas personas nos arrastran a su nivel, y nos impiden crecer y mejorar.

Por eso, es importante elegir bien a las personas que nos rodean, y alejarnos de las que nos hacen daño. Debemos buscar personas “1.2”, que son aquellas que tienen iniciativa, energía y motivación, y que constantemente buscan aprender y progresar. Estas personas nos empujan a ser mejores, y nos ayudan a entrar en un ciclo virtuoso de mejora continua.

3. Empieza el día con la tarea más difícil

Un hábito que considero fundamental para vivir plenamente es empezar cada día con la tarea más difícil. Esto tiene una explicación muy simple: al abordar las tareas difíciles desde el principio, condicionamos nuestro cerebro y organismo a ver cualquier tarea que venga después como más fácil y agradable. Además, al completar la tarea más difícil, experimentamos una sensación de logro y satisfacción, que nos impulsa a seguir adelante con el resto de las tareas.

Este hábito se basa en el concepto de “willpower”, o fuerza de voluntad, que es la capacidad de resistir las tentaciones y hacer lo que sabemos que debemos hacer, aunque no nos apetezca. La fuerza de voluntad es como un músculo, que se puede entrenar y fortalecer, pero que también se puede agotar y debilitar. Por eso, es importante usarla de forma inteligente, y aprovechar los momentos en que está más alta, que suelen ser por la mañana, después de haber descansado y recargado las pilas.

Muchas personas cometen el error de empezar el día con las tareas más fáciles o más placenteras, como revisar el correo, las redes sociales o las noticias. Esto puede parecer una forma de entrar en calor, pero en realidad es una forma de procrastinar y de desperdiciar nuestra fuerza de voluntad. Al hacer esto, estamos postergando las tareas más difíciles, que son las que más nos acercan a nuestros objetivos, y que requieren más concentración y esfuerzo. Cuando llega el momento de enfrentarnos a ellas, ya estamos cansados, distraídos y desmotivados, y las hacemos de forma mediocre o las dejamos para otro día.

Por eso, es importante invertir el orden, y empezar el día con la tarea más difícil. Así, nos aseguramos de darle la prioridad y la calidad que se merece, y de avanzar hacia nuestros sueños. Además, al hacerlo, liberamos endorfinas, que son las hormonas del placer, que nos hacen sentir bien y nos dan más energía para seguir con el resto del día.

4. Haz ejercicio físico regularmente

Otro hábito que nos hace vivir plenamente es el ejercicio físico. El ejercicio físico es una de las mejores formas de cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, ya que tiene múltiples beneficios para nuestra salud y nuestro ánimo. El ejercicio físico nos ayuda a mantenernos en forma, a prevenir enfermedades, a mejorar nuestra autoestima, a reducir el estrés, a aumentar nuestra creatividad y a mejorar nuestro humor.

En las zonas azules, las personas hacen ejercicio físico de forma natural y cotidiana, sin necesidad de ir al gimnasio o de seguir un programa específico. Simplemente, se mueven con frecuencia, caminando, cultivando, bailando o practicando algún deporte. Estas actividades les permiten mantener su cuerpo activo y flexible, y su mente despejada y lúcida.

En nuestra sociedad moderna, donde pasamos muchas horas sentados frente a una pantalla, es importante incorporar el ejercicio físico a nuestra rutina diaria, y hacerlo de forma divertida y variada. No hace falta que nos matemos a hacer abdominales o a correr maratones, si no nos gusta o no estamos preparados. Basta con que encontremos una actividad que nos guste y que nos haga sudar, como bailar, nadar, montar en bici o hacer yoga. Lo importante es que lo hagamos con regularidad, al menos tres veces por semana, y que lo disfrutemos.

5. Practica la gratitud y el optimismo

El último hábito que nos hace vivir plenamente es practicar la gratitud y el optimismo.

La gratitud es la capacidad de apreciar lo que tenemos, en lugar de enfocarnos en lo que nos falta. La gratitud nos hace valorar las cosas simples y cotidianas, como la salud, la familia, los amigos, la naturaleza o el aprendizaje. Nos hace sentir más felices, más satisfechos y más generosos. Además, nos ayuda a afrontar las dificultades y los problemas con más serenidad y resiliencia.

El optimismo es la capacidad de ver el lado positivo de las cosas, y de esperar lo mejor del futuro. El optimismo nos hace tener más confianza, más motivación y más creatividad. Además, nos protege de la depresión, la ansiedad y el estrés, y nos hace más saludables y longevos.

En las zonas azules, las personas practican la gratitud y el optimismo de forma natural y habitual. Cada día, expresan su agradecimiento por lo que tienen, y celebran la vida con alegría y entusiasmo. Cada día, se plantean metas y desafíos, y los persiguen con ilusión y determinación. Cada día, se ríen, se divierten y se sorprenden, y disfrutan del presente con plenitud.

Para practicar la gratitud y el optimismo, podemos adoptar algunos hábitos sencillos, como llevar un diario de gratitud, donde escribamos cada día tres cosas por las que estamos agradecidos; hacer afirmaciones positivas, donde nos digamos a nosotros mismos frases que nos animen y nos inspiren; o meditar, donde nos conectemos con nuestro interior y nos llenemos de paz y armonía.

“Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es mi ancla.” – Thich Nhat Hanh

Tu vida, tu elección

La vida está llena de elecciones. Cada día, cada momento, tienes la oportunidad de elegir cómo quieres vivir. Puedes elegir comer de manera saludable, rodearte de personas constructivas, moverte con propósito, descansar adecuadamente y tener una actitud positiva. Estas elecciones pueden parecer pequeñas, pero juntas tienen el poder de transformar tu vida.

Y si necesitas un poco de ayuda en este camino, hay recursos disponibles que pueden guiarte. Por ejemplo, si estás interesado en aprender más sobre la alimentación saludable, puedes leer el libro «La dieta de la longevidad» de Valter Longo. Si quieres mejorar tus relaciones, el libro «Cómo ganar amigos e influir sobre las personas» de Dale Carnegie puede ser de gran ayuda.

Además, hay cursos en línea que pueden ayudarte a desarrollar hábitos saludables, como el curso «La ciencia del bienestar» de la Universidad de Yale en Coursera. Y si estás buscando una forma de moverte con propósito, puedes probar una clase de yoga o pilates en tu gimnasio local o en plataformas en línea como Glo.

Recuerda, no se trata de hacer cambios drásticos de la noche a la mañana. Se trata de hacer pequeñas elecciones cada día que te acerquen a la vida que deseas vivir. Y siempre, siempre recuerda: tu vida es tuya, y solo tú puedes decidir cómo quieres vivirla. ¡Adelante, elige vivir plenamente!

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